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lunes, 8 de diciembre de 2008

Se abre la segunda Semana sobre el clima

La conferencia de la ONU sobre el clima en Poznan (Polonia) abre este lunes su segunda semana, a la espera de los ministros de Medio Ambiente el jueves, y esperanzada en recobrar un impulso hasta ahora inexistente pese a las advertencias sobre las consecuencias del cambio climático. Unos 10.000 delegados de 150 países están reunidos desde el 1 de diciembre y de aquí al viernes 12 tendrán que haber lanzado la fase de negociaciones de un nuevo acuerdo, que debe concluirse dentro de un año en Copenhague y que sucederá al Protocolo de Kioto.

Si nos falta el impulso en Poznan, nos será difícil encontrarlo durante el camino. El problema está en saber si tenemos suficiente voluntad política para desembocar en algo útil” , dijo un delegado europeo antes de la apertura de los trabajos.

De momento ha pasado una semana sin avances significativos. Y la nueva semana se verá reducida en un día, el lunes, para permitir a los participantes musulmanes que celebren el Aid el Kebir, la Fiesta del Sacrificio.

Sin embargo, tal como recordaba al comienzo de las sesiones el jefe del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU, Rajendra Pachauri, el tiempo apremia: las emisiones de gases de efecto invernadero de los países industrializados tienen que empezar a reducirse de aquí a siete años para evitar un calentamiento climático mundial al final del siglo.

En Poznan, los 193 países firmantes de la Convención de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CNUCC) están llamados a adoptar una visión común para el futuro.

Pero esa “visión compartida” no fragua: en los primeros debates se opusieron los países industrializados y los países en vías de desarrollo, que reprochan a los primeros no asumir sus responsabilidades históricas.

“Los países en desarrollo han llamado a los más ricos a hacer prueba de liderazgo (optando) por una reducción de entre 25 y 40% de aquí a 2020 de sus emisiones” , dijo el viernes el más alto responsable de la ONU para cuestiones climáticas, Yvo de Boer.

“Pero al menos, todos coinciden en la necesidad de mostrarse ambiciosos” , matizó.

A las dificultades se añade una Europa empantanada en el proceso de adopción de su plan sobre cambio climático, y el hecho de que la nueva administración estadounidense del presidente electo Barack Obama, que ha hecho muchas declaraciones alentadores sobre medio ambiente, no entrará en funciones hasta el 20 de enero.

“Estamos en un momento complicado” , admite el embajador francés para el clima, Brice Lalonde, quien añade la crisis financiera a los problemas ya existentes.

Pese al martilleo del principio de que la crisis no alterará la voluntad de progreso de los Estados contra el cambio climático, “todo el mundo sabe que habrá menos dinero sobre la mesa en los dos próximos años” , dice Lalonde.

Con todo, Yvo de Boer no renuncia a la fecha límite de diciembre de 2009 para adoptar un acuerdo que reemplace el Protocolo de Kioto, vigente hasta 2012.
Refiriéndose a un eventual aplazamiento, el responsable de la ONU dijo el viernes que “ese tipo de razonamiento no es ni útil ni necesario” .

AFP

Europa afronta dividida la cumbre del clima
Sarkozy no logra que Polonia retire el veto al recorte de emisiones
RAFAEL MÉNDEZ (ENVIADO ESPECIAL) - Poznan - 07/12/2008



Europa llega inmersa en todas sus contradicciones a la semana clave de la cumbre del clima en Poznan. En la ciudad polaca y ante 9.000 delegados de 187 países, la UE reclama reducir las emisiones de gases de efecto invernadero un 30% en 2020 y un 80% en 2050 (esto supone que cada habitante emitirá dos toneladas de dióxido de carbono al año, el nivel de los países más pobres actualmente). Pero a sólo 300 kilómetros, en Gdansk, el presidente de turno de la UE, Nicolas Sarkozy, no logró ayer en un viaje de urgencia salvar la oposición de los países del Este, principalmente Polonia, al paquete de energía que pretende reducir las emisiones un 20% (menos incluso de lo que defienden los Veintisiete).

Sarkozy se reunió con el primer ministro polaco, Donald Tusk, y con los jefes de gobierno de la República Checa, Letonia, Estonia, Lituania y Eslovaquia. Éstos ven una amenaza el paquete europeo sobre el clima, que pretende reducir las emisiones un 20% en 2020 y elevar el cupo de las energías renovables al 20%. Polonia, cuya electricidad procede en más de un 90% del carbón, lidera la oposición y mantiene la amenaza de veto.

"Estoy convencido de que al final habrá acuerdo", señaló Sarkozy, que viajó apremiado por las fechas y que de paso irritó a China al reunirse con el Dalai Lama. Mañana comienza la semana clave en la cumbre que debe sentar las bases para un acuerdo internacional que sustituya en 2012 al Protocolo de Kioto, y el jueves y el viernes el Consejo Europeo debate el paquete de energía. Sarkozy ha ofrecido a estos países del Este una prórroga (de 2013 a 2016) para que sus centrales de carbón quemen combustible sin penalización. Pese a la premura de las fechas, Tusk forzó aún más la cuerda: "Aún queda mucho trabajo por hacer". Italia también pide retrasar el plan por la crisis económica y Alemania quiere condicionar el acuerdo a que EE UU y China se sumen a la lucha contra el cambio climático, para evitar la fuga de empresas contaminantes a países sin restricciones.

Pese a la división, fuentes de la negociación se mostraron convencidas de que habrá pacto y de que Europa presentará en Poznan un plan de reducción de emisiones que mostrará el camino al mundo, ya que aún lidera la lucha contra el calentamiento y es la única región que negocia un ambicioso paquete de reducción de emisiones. España espera que el acuerdo quede tal y como propuso la Comisión en enero, ya que le obliga a hacer un esfuerzo medio dentro de los Veintisiete. Esto supondrá duplicar la electricidad de origen renovable (hasta el 40% en 2020) y objetivos ambiciosos de biocarburantes.

Lo que se palpa en Poznan es que es cada vez menos una cumbre científica. Ya ningún país duda de que el cambio climático es obra del hombre, ni de que hay que reducir las emisiones. Hasta la Administración de Bush ha admitido que habría que reducirlas a la mitad en 2050. Bajar las emisiones en esas cifras supone darle la vuelta al modelo energético y de transporte; supone energía más cara, pero también menos dependiente del petróleo del Golfo. En Poznan no se habla de medio ambiente, sino de números y geopolítica.

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